Maratón del Meridiano

La forma que tienen los herreños de conservar el legado que les ha sido transmitido se refleja en cada kilómetro de los 42 de esta distancia. Todo el esfuerzo realizado por los antepasados que tallaron laderas y acantilados para encontrar pasos imposibles, son hoy caminos por los que descubrir un recorrido que lleva al participante a territorios mágicos como la Reserva de Mencáfete, un bosque prehistórico en el que mientras se transita por él se entiende como era en su origen un paisaje de miles de años de existencia. Los sonidos ancestrales de Sabinosa empujan a los corredores hasta las tierras altas del Cres, donde se les abre la puerta a la fantasía creada por las siluetas estoicas de centenarias sabinas durante un tramo de carrera inolvidable. Latidos de historia herreña serán el impulso para llegar desde el Santuario de Los Reyes hasta lo alto de las laderas del Julan, donde surgirá la sensación de volar sobre el gran azul del Mar de Las Calmas. Desde allí, conos volcánicos observan al participante avanzar a base de ritmos primitivos por la dorsal que lo lleva hasta la cima más alta de esta lejana isla. Malpaso señala a Dos hermanas para mostrar el punto en el que iniciar el vertiginoso descenso que se dirige hacia el calor herreño que inundará la meta de un viaje por el tiempo que siempre se recordará.